¡Maldita Nespresso!.
El equipo de Logística estaba formado por 20 personas. Cambiaron de oficina. Necesitaban un almacén más grande en un polígono industrial a las afueras. Finalizada la mudanza, empezaron las quejas. No había cafeterías cercanas y no tenían máquina de café. Reclamaron una. Y se les concedió.
…una Nespresso de última generación acompañada por cien cápsulas de diferentes tipos de café.
Los que tomaban el café con leche protestaron. Faltaba leche.
María tomó la iniciativa. Trajo leche de su casa. Todos contentos… hasta que se acabaron las cápsulas. Una semana sin café.
María tomó la iniciativa. Se encargó de comprar las cápsulas. Ya había café y leche. Y una encargada de café. Acordaron entre todos poner dinero en una cesta. Unos pedían Ristretto. Otros Vivalto Lungo. Otros Ciocattino. Unos leche entera, otros desnatada…
La vida de María se complicaba cada día. No protestó. El conflicto le hacía sentir mal.
…se acababa el agua. María llenaba la cafetera.
…se acababa la leche. María compraba leche.
Una vez a María se le olvidó comprar. El chico del camión de reparto dijo en broma: “María, Y mi café”. María, no pudo controlar su rabia retenida.
Solo se atrevió a decir: “¡Maldita Nespresso!”