¿Qué es importante para mi?
Mi familia, mis hijas, mi mujer y mis amigos.

Los aspectos claves de mi trayectoria profesional
Si no fuese por la Thermomix, mi vida sería un éxito.

¿Quién soy yo?…Pues ni idea. A todo caso una persona única y diferente.

“¿Descríbame quién es usted?”, me preguntaron en una entrevista de trabajo.
Mis tres neuronas quedaron desconcertadas por la pregunta. Se pusieron rápidamente a pensar y filosofar. La pregunta es realmente compleja si no la has pensado antes.
Y no lo había hecho.
¿Soy Ingeniero Industrial?. Pues sí, es lo que estudié. Pero jamás he ejercido. Me costaría saber dónde está la bujía de un coche. Entonces no soy eso.
¿Soy Consultor?. Pues lo fui. Ahora no. O sí. No lo sé. Pues no soy eso.
¿Soy escritor o jardinero?. Pues claramente no. No me gano la vida con ello. Pero me encanta escribir, hacer folicroquis y cuidar el jardín. Pues no soy eso. O sí lo soy. No sé.
¿Soy de Madrid?. Nací allí. Pero mi ilusión es vivir en una pequeña casita en Mallorca cuando nos jubilemos y las niñas sean mayores.
[…]
Menudo lío.
El tiempo pasaba y tenía que contestar. Copié a Chaplin. Dije: “soy lo que soy. Una persona única y diferente”.
Los jefes que he tenido
Hace años tuve un gran jefe.
Ocupaba posiciones directivas en una gran corporación. Tenía una presión inmensa para el cumplimiento de los objetivos. Jamás trasladaba esa presión al equipo. Por las mañanas, cuando llegaba a la oficina, te preguntaba de forma sincera: ¿Qué tal estás?. Escuchaba atentamente. Le interesaba lo que le decías. Recordaba lo que le habías dicho.
Cada año siempre regalaba un libro a cada persona de su equipo. Un libro particularizado a la personalidad, preocupaciones e intereses que teníamos cada uno.
– Si habías sido padre ese año… te regalaba algo sobre padres.
– Si tu hobby era recoger setas… te regalaba algo sobre setas.
– Si tu plan era viajar… te regalaba algo sobre tu viaje.
A cada persona un libro diferente. Un libro con significado. Pero, te regalaba algo más. Más que un libro o un curso de formación. Su tiempo y experiencia. Podías acudir a él si tenías un problema. No te recitaba citas de sabios ni teoría. No te decía palabras vacías. Te hablaba de sus miedos, sus errores, sus aprendizajes, sus esperanzas, su experiencia, su familia,…De forma sincera y honesta.
En la estantería de casa tengo los libros que me regaló… un día como hoy, hace ya varios años.
Historia de uno de mis muchos fracasos

Fue hace 15 años. Tenía la responsabilidad de dirigir un proyecto de implantación de Siebel para un cliente alemán. El proyecto era complejo por varios motivos:
1. Era un proyecto “llave en mano” con un cliente muy exigente en los plazos.
2. Yo tenía una experiencia muy limitada en la tecnología y sector.
3. Era la primera vez que me responsabilizaba de un equipo amplio de personas.
Fueron 8 meses de trabajo. El proyecto fue un éxito. Se cumplieron los plazos. El cliente quedó tan satisfecho, que contrató el mantenimiento de la aplicación y otros servicios. Trabajé 20 fines de semana seguidos. Yo solo. Quería respetar el tiempo libre de mi equipo. Atendí siempre todas las peticiones del cliente para que estuviese satisfecho. Apenas molesté a mi jefe con problemas para que estuviese contento. El proyecto salió. Estaba muy satisfecho.
En la evaluación de desempeño me pusieron una nota muy mediocre. Resaltaban varios puntos en los que había fallado:
1.- No gestionar adecuadamente las expectativas del cliente.
2.- No saber delegar.
3.- Limitar el crecimiento de mi equipo. Me enfurecí mucho con mi responsable.
Pensaba que la valoración era injusta. Que no la merecía. Con el tiempo, descubrí que la evaluación había sido JUSTA. APRENDÍ.