¡Otra vez! Me han sustraído un objeto preciado.
De mi propiedad. Lo dejé en la mesa. Estoy seguro. Al regresar a mi puesto… había desaparecido. Ya no estaba. Y lo había comprado hace una semana. Empezaba a tenerle cariño. Lo peor, es que no es la primera vez.
En el colegio me sucedía lo mismo.
Jamás he conseguido utilizar uno desde la compra hasta su muerte natural. Nunca. Siempre acaba desapareciendo. Utilizaba técnicas evasivas para distraer a los sustractores. Le quitaba el capuchón. Mordisqueaba el plástico. Pegaba en el plástico advertencias que indicaban “cuidado bacterias”. Sin resultados relevantes.
Ocasionalmente, la posesión del preciado objeto superaba el periodo medio de vida sin haber sido sustraído por sustractores. Cuando esto sucedía… se secaba la tinta. Moría prematuramente.
Puedo confirmar que jamás en mi vida he conseguido tener un bolígrafo BIC desde su nacimiento hasta su muerte natural. Nunca. Siempre causó baja de forma prematura. Es su destino.
BIC Naranja,
BIC Cristal.
BIC. BIC. BIC
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