
Recuerdo mi primer Like.
Fue un mes de Septiembre hace cuatro años. Sentía ganas de compartir ciertas reflexiones a la comunidad de Linkedin. Pero no me atrevía. Tenía miedo al “qué dirán”, a “que no gustase”, a “que resultase aburrido”, a “dejar algo por escrito al mundo”,etc…
Sé que es un miedo totalmente infundado. Ilógico. Una completa absurdez. Una tontería. Lo sé. Pero lo tenía.
Un día decidí atreverme. Escribí un artículo que para mí era importante. Significaba algo. Era respetuoso con todos. Lo revisé. Lo volví a revisar. Verifiqué la ortografía. Pedí ayuda para que me lo revisasen…
Y lo envié.
…pasó una hora. Y no sucedió nada.
…pasaron cinco horas. Y tampoco sucedió nada.
…verifiqué que el artículo había sido enviado por la plataforma. Y lo había sido…
Perdí un poco “la esperanza”, pero no me importaba. El mensaje era importante para mí. Tenía un significado. Y con eso bastaba.
Antes de ir dormir miré el móvil. Y ahí estaba el primer “Like”. Esperándome. Acompañado de un comentario que decía “Gracias por compartir”.
Me puse muy contento. Había una persona en el Planeta Tierra que le había gustado.
Y, desde ese día, perdí ese miedo absurdo.
Si tienes algo que decir “al mundo”… ¡Dilo sin miedo!. ¡Escríbelo!.
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