
La vida es como una fabada. A veces, nos la complicamos en exceso. Con el ansia continua de innovar, de sorprender y que nos sorprendan, de generar necesidades, de diferenciarnos, de aparentar ser lo que no somos, etc…
… nos olvidamos de lo tradicional. De lo de siempre. De nuestros orígenes… Complicamos las cosas. Nos liamos en las decisiones.
Hora de comer.
¿y qué plato pido?
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