
Recuerdo muy bien un curso de formación que recibí hace tiempo.
Estaba relacionado con “temas de liderazgo y gestión de equipos”. Era un curso diferente.
– No se celebraba en las oficinas.
– No se empleaban “palabros” raros.
– No hacía falta saltar ni brincar.
– No daban certificados.
– No presentaban Power Points con videos emocionales.
Fue más sencillo. Nos recogió un autobús al equipo y nos llevó al BANCO DE ALIMENTOS de Madrid. Nos recibió una persona cuya función era guiarnos por el recinto y explicarnos lo que hacían.
1- Observamos cómo trabajaban los voluntarios.
2- Observamos cómo colaboraban para perseguir un objetivo común que les trascendía.
3- Observamos la complejidad de la logística y las operaciones y la perfecta coordinación que existía.
4- Observamos a jóvenes, mayores y jubilados trabajando conjuntamente.
5.- Observamos gente con traje, con piercings, con tatuajes, ejecutivos y desempleados trabajando y cooperando entre ellos.
6- Observamos a una “abuelita” con unos papeles dando instrucciones a unas jóvenes.
[…]
Observamos a PERSONAS felices … porque su trabajo tenía un sentido.
– No hubo discursos evangelizadores
– No hubo certificados.
– No hubo encuestas de satisfacción.
Solo observar.
Cada uno … se llevaba lo suyo.