
Vivimos en un mundo virtualmente perfecto.
En la red, todos apoyamos con gran efusión las grandes frases y citas de los sabios. Quien se atreva a opinar lo contrario le cae un aluvión de comentarios negativos.
En el mundo real, muchas veces no somos coherentes con lo que hemos aplaudido y actuamos de forma diferente.
Es curioso.