
Recuerdo al profesor de mecánica de fluidos.
Fue hace mucho tiempo. Internet era todavía un pequeño embrión. Al llegar a clase, borraba la pizarra y escribía una cita en la parte superior izquierda. …de un filósofo, de un científico, de un poeta, de un libro que había leído.
Y se quedaba callado. Para que reflexionásemos.
Esperaba 5 minutos…y empezaba la clase. Se ponía a explicar con pasión el número de Reynolds, los caudales y las presiones. Los días de examen hacía lo mismo. En lugar de 5 minutos dedicaba 10. Restando tiempo al examen. Decía que: “lo importante iba primero”. Ese día, los nervios hacían extremadamente complejo reflexionar sobre la cita escrita.
Han pasado muchos años. Internet se ha hecho mayor. Se me han olvidado las fórmulas de la mecánica de fluidos y el número de Reynolds. Pero recuerdo al profesor. Sus enseñanzas. Los valores que intentaba inculcarnos a los alumnos. La pasión que ponía en la enseñanza. Su coherencia. Su constancia.
Su frase: “Lo importante, lo primero”.
Hoy lo tenemos más fácil. Cada día podemos recibir cientos de miles de citas a través de Linkedin, Facebook, Pinterest,… Nos emocionan. Nos apresuramos a dar al Like y, a los pocos minutos,…
…se nos olvidan.