El mundo de la banca debe adaptarse a los nuevos tiempos. A la llamada “era digital”. Afrontar múltiples retos. Hacer frente a los nuevos competidores. A las nuevas normativas y regulaciones.
Para ello debe transformarse digitalmente. De forma ágil. Rápida. Con el fin de aportar siempre valor a sus clientes. De fidelizarles y retenerles.
Se emprenden múltiples iniciativas. Se ponen muchos esfuerzos. A veces se tira por “lo alto”. Otras veces “por lo bajo”. En otras ocasiones, simplemente es cuestión de fe.
Hay una cosa clara. Cuando no hay más remedio… el cliente se adapta. No queda otra. Aunque cueste. Es su dinero.
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