Relatos y Moralejas del día a día

Cuando un compañero de va…las mesas se ponen tristes

Cuando un compañero de va

Su mesa está vacía. Sin fotos de sus hijos. Sin papeles sobre ella. Sin planificaciones de proyectos pegadas. Sin monitores. Sin plantas. Sin nada… Ahora es simplemente, una mesa. Que espera a su nuevo inquilino.

La mesa sigue siendo mesa. Pero, ya no es la misma. Echa de menos a su antiguo inquilino. Han sido muchos años trabajando juntos. Muchos días y muchas noches.

Las mesas son listas. Saben perfectamente cuando su inquilino es un excelente profesional, buen compañero y mejor persona. Y están orgullosas. Muy orgullosas.

Las mesas tienen sentimientos. Cuando su inquilino se ve obligado forzosamente a abandonarlas por haberse sentido solo, desamparado y sin ayuda, la mesa se pone triste.

Las mesas saben el significado del verdadero talento. Lo han tenido encima. Y hacen lo posible para no dejarlo escapar.

Pero, las mesas no tienen poder de decisión. No tienen manos. No tienen voz para pedir que su inquilino se quede con ellas. Eso sí. Las mesas son leales. Cuando su inquilino las abandona triste. Ellas, también se ponen muy tristes.

Cuando su inquilino se va contento, ellas, se alegran mucho. La tristeza de una mesa es contagiosa.

Ahora, todas las mesas de la sala están tristes. …y desean mucha suerte…

…al mejor inquilino.

Deja un CroquiComentario