La vida misma

La felicidad y el salmón ahumado…

La felicidad y el salmón ahumado

Tenía una misión importante. Hacer la compra. La lista era sencilla; embutidos, leche, fruta y pechuga de pollo. Ejecuté la operación con éxito y precisión.

Me fijé en un fantástico salmón ahumado de 5 euros. El salmón me decía “¡cómprame!, ¡cómprame!”.

Le hice caso. A los salmones no hay que llevarles la contraria.

Pagué la compra. Llegué a casa y empecé a meter las cosas en la nevera y, de repente,… ¡Maldición!. Se me había quedado el salmón ahumado en la caja del supermercado. La probabilidad de recuperarlo era nula. Todo tipo de sentimientos negativos. Desolación. Cabreo. Impotencia. Rabia…

Cinco euros tirados al estómago del siguiente cliente en la fila del supermercado.

Paulatinamente, el enfado se pasa. Vuelve la calma. Por la noche, abro la nevera. Para mi sorpresa, descubro que el salmón ahumado estaba en el cajón bien camuflado debajo del paquete de salchichón.

¡Siempre había estado ahí!.

Todo tipo de sentimientos positivos y felices pasan por la mente. Nunca un salmón ahumado supo mejor.

Cinco euros dan para experimentar muchas emociones…

…y llevarte algún aprendizaje antes de dormir.

La mayoría de las preocupaciones que tenemos nunca se cumplen. ¡Palabra de salmón ahumado!

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