
Nuestro primer Agile Coach. Sentía los valores y los vivía en su vida. Escuchaba atentamente con la voluntad de comprender. Despertaba emociones cuando hablaba. Tenía la esencia. Hacía sentir bien a todos.
Era Agile Coach desde mucho antes de que la Agilidad hubiese “sido inventada y se hubiese puesto de moda”. Repetía constantemente que el 95% es ‘cultura’ y 5% son las técnicas, los frameworks o las metodologías. Nos recordaba siempre que las técnicas son simples instrumentos que se apoyan en unos valores y unos principios para inculcar con la práctica la cultura ágil que se quería conseguir.
Decía que cualquier organización en la que todos sus miembros hubiesen adquirido perfectamente la “principios y valores ágiles’ y hubiesen olvidado por completo las técnicas (o hubiesen adoptado otras diferentes) habría llegado ‘al éxito’.
Con humor decía “busquen, comparen y si encuentran una técnica que crean mejor, cómprenla”.
Jamás luchaba para demostrar que lo Agile es mejor que lo Waterfall. Para él. Eran debates estériles que alejaban del mensaje importante. Primero los valores y los principios. Que cada persona de la organización sepa responder la pregunta: ¿Para Qué queremos cambiar?. Luego, las técnicas y los métodos.
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