
Hay veces que un pequeño gesto puede significar mucho…
El hombre de la foto se pasó el trayecto de metro tocando el violín a una niña que no paraba de llorar. Cuando la niña escuchó la música no dejó de sonreír. Su cara y expresión lo muestra todo.
Una sonrisa extendida como un virus a todos los pasajeros del vagón y a su madre que mira orgullosa la situación…
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