¿Cómo se hace un folicroqui?

¡Doctor, doctor, soy tímido!… ¿Qué hago?
Pues tienes dos opciones:
OPCIÓN 1 – Puedes acudir a Google y consultar cómo vencer la timidez. Te aparecen cientos de artículos del estilo “los 10 pasos para dejar de ser tímido”. En Wikihow tienes ni más ni menos que 23 pasos. Otros dicen que con 4 pasos es suficiente. Hay libros con 200 páginas. Otros en versión Kindle tienen sólo 30. Haciendo un resumen de todo lo que se dice parece que hay que seguir los siguientes pasos:
OPCIÓN 2 – Puedes seguir los consejos del #Folicroquideldía que adjunto.
Pruébelos. Es gratis.
Si no queda satisfecho, le devolvemos su tiempo.
Quedará sorprendido por los resultados.
Hace cinco años realicé un curso de #coaching. Fue una buena decisión. Aprendí en una pequeña escuela. La profesora dominaba la técnica. Amaba profundamente su profesión. De forma transparente te explicaba las expectativas del curso. Antes de pagarlo. Prefería perder un cliente a ‘pervertir los valores de su escuela’. Tenía una habilidad innata para escuchar activamente, para no juzgar, para preguntar, para empatizar con la gente. No vendía humo. Los valores del coaching los practicaba en su vida. Daba ejemplo.
Acabé el curso y saqué dos conclusiones:
1. – Me falta la esencia para ser coach en mayúsculas. Necesitaría varias vidas para conseguirlo.
2. – Tener un coach en tu vida es un regalo.
Siento verdadera lástima por el uso industrial y, a veces, inapropiado, que se hace la palabra ‘Coaching’. Por el marketing y la venta desmedida. Con el afán de vender y vender, se ha pervertido la esencia. Una pena. Se acaba vendiendo humo. No todo el mundo puede ser Coach. Como tampoco puede ser astronauta. Para ser un buen Coach no es necesario un certificado. Hace falta saber y valer. El mendigo del barrio puede tener la esencia para ser el mejor Coach del mundo.
Contar con un buen Coach es un privilegio.