
No tienes trabajo.
En el formulario del portal de empleo te piden rellenar los cargos desempeñados.
Abres una cuenta en Linkedin. En el registro principal solicitan el cargo actual y los pasados.
Te cambias de empresa. El cargo desempeñado es un elemento clave para negociar la subida de sueldo. Tanto cuestas, tanto vales.
Pides una hipoteca. El banco se fija en el cargo para dártela o rechazártela. Conoces gente nueva en un evento de networking. Te preguntan por el cargo.
Te gusta una persona. Te preguntan el cargo.
Quieres vender algo a una multinacional. Te fijas en el cargo para dar con la persona adecuada con influencia de compra.
En el cole. Se pregunta por el cargo del padre o madre.
En la universidad. Aspiras a un cargo.
Eres un basurero honrado, honesto, trabajador noble. La gente se fija en tu cargo y te rechaza. Te ves obligado a cambiártelo por Agente de Limpieza Ciudadana que resulta más atractivo.
Tienes un cargo. Lo aumentas.
No tienes cargo. Te creas uno.
No te gusta tu cargo. Lo cambias.
[…]
Eres un Líder en mayúsculas… no te importa tu cargo. … y dejas huella sin saberlo por donde pasas