Tipo de Relaciones en Linkedin. No incluye relaciones amorosas

Me gusta Linkedin… ¿Versión Premium o Gratis?. Depende de los objetivos que persigas puede interesarte la versión Premium.
La importancia del pensamiento crítico. Saber hacerse las preguntas correctas antes de emitir valoraciones y sacar conclusiones.
Las 5000 cosas que usted quiso saber de Linkedin y nunca se atrevió a preguntar. Pequeños trucos que pueden hacer que tus publicaciones sean visibles.
Frases que no deberías decir en tu vida. El lenguaje representa nuestras limitaciones, fortalezas y forma de ver la vida.
Érase una vez una PMO en la que “habitaban” Directores de proyectos.
Era una PMO rigurosa y buena. Perseguía la mejora en la gestión de los proyectos, la estandarización de los procesos y la mejora de la calidad de las entregas. Tenía como objetivo madurar y tener una orientación estratégica. Los Directores de Proyectos “alimentaban a su PMO” con datos reales que representaban la realidad del proyecto. Los Directores de Proyecto no “tenían miedo” a su PMO. Les ayudaba en su trabajo. La PMO producía informes ejecutivos de altísimo valor. A veces, con indicadores Rojos y a veces con indicadores Verdes. Pero siempre con información veraz. Sin crear alarmas innecesarias.
Pero, … un día , llegó un LOBO que se ponía “muy nervioso” al ver los Rojos en su PMO. Gritaba y chillaba cuando veía un Rojo. Creó una cultura del miedo y de la culpa. Los Directores de Proyecto empezaron a “maquillar los resultados de sus proyectos” a su PMO, y la PMO los retocaba de nuevo para presentarlos al LOBO. Ya no había ROJOS, y el lobo se quedó tranquilo. El LOBO, complacía a sus jefes COCODRILOS con bonitos mensajes. Y los cocodrilos, tomaban decisiones ejecutivas.
… y se preguntaban:
¿Para qué queremos una PMO con tanto verde?
Y si estalla la burbuja, ¿qué hacemos?.
… No me refiero a la burbuja del bitcoin.
… ni a la burbuja inmobiliaria.
… ni a la burbuja bursátil.
Otro tipo de burbuja. Una burbuja con apariencia de inofensiva. La burbuja del buenrrollismo. Que nos inunda con mensajes positivos, optimistas e inspiradores por todas partes. Empezó como algo bonito. Diferente. Útil. Con mucho significado…
… pero, posiblemente, se nos ha ido de las manos. Se ha industrializado. La felicidad se vende. En forma de libros, cursos, ponencias, apps móviles, etc… Se nos “imponen” ideales de felicidad. Y los consumidores, cada vez estamos más obsesionados en conseguirla. Las marcas se posicionan para dar respuesta. Las que generen más felicidad venden más. Cada día, como por arte de magia, se nos descubren nuevos secretos para ser Feliz. Que se ilustran en maravillosas infografías. Se divulgan por las redes. Nos maravillamos. … y compramos ese secreto desconocido. No nos es suficiente con lo dicho por Seneca, Sócrates, Platón, Aristóteles, Russell, Ortega y Gasset, y muchos otros… Sus libros nos resultan aburridos. Las carátulas son feas. La letra pequeña. Están pasados de moda. No son digitales. Necesitamos más.
… y si estalla la burbuja, ¿qué hacemos?.
Idea recogida de Internet en citas similares con Benjamin Franklin
Necesitamos la mentira. Todos nosotros. No nos engañemos. Es una pena, pero así es. Las verdades incomodan.
… El mundo que hemos inventado no se alimenta de la verdad. Con la verdad nuestro mundo deja de girar. El baile se acaba. Y al final… no queremos escuchar la verdad.
…porque la verdad duele.
…porque la verdad no aumenta ventas.
…porque la verdad nos da miedo.
... y porque el baile no se puede detener.