Soy presidente… y dimito.

Los cambios son buenos. Todos tenemos que cambiar. Todo tiene que cambiar… incluso los sueldos deben cambiar.
…nos sentimos bien cuando nos sentimos respetados.
¿Puede un líder hacernos cambiar?. Pues depende di queremos cambiar cada uno de nosotros. No existen túneles mágicos del liderazgo.
Creer es poder… pero hay que hacer muchas cosas antes…
Un compañero acabó la universidad. Entró a formar parte de una consultora de prestigio. Estaba motivado. Tenía una excelente carrera profesional por delante. Para llegar a ser socio necesitaban 12 años. Trabajó mucho. Se divirtió mucho.
A los 8 años llegó a ser un Manager en Mayúsculas. Cercano a sus proyectos y a sus equipos. Reclamado por sus clientes. Sin miedo a los retos. Alegre, trabajador e ilusionado. Estaba feliz. … y siguió subiendo hasta llegar a los 10 años a Senior Manager. Un buen Senior Manager. Más alejado del día a día de los proyectos y sus equipos. Focalizado en conseguir nuevos proyectos. Hacía bien su trabajo. Pero no se le veía tan alegre. No se divertía tanto.
… y siguió subiendo hasta llegar a los 12 años a Socio de la compañía. Un socio ‘de los muchos’ de la compañía. Alejado de sus proyectos y sus equipos. Focalizado en abrir nuevas líneas de negocio y participar en las decisiones de la compañía. Había conseguido llegar profesionalmente ‘a lo más alto’.
Pero… no estaba alegre. No se divertía.
Reflexionó y se dijo: A los 8 años, cuando era Manager fue cuando llegué a la CIMA de mi carrera profesional. Estaba Feliz. Me gustaba lo que hacía. Me divertía.
En el mundo profesional… no siempre las Cimas están en lo más alto.
Yo no llegué a la cima por culpa de una Thermomix. ¿Quieres saberlo?. Si te apetece mira el siguente artículo: https://wp.me/pbeKqd-5K
“¿Descríbame quién es usted?”, me preguntaron en una entrevista de trabajo.
Mis tres neuronas quedaron desconcertadas por la pregunta. Se pusieron rápidamente a pensar y filosofar.
La pregunta es realmente compleja si no la has pensado antes. Y no lo había hecho.
¿Soy Ingeniero Industrial?. Pues sí, es lo que estudié. Pero jamás he ejercido. Me costaría saber dónde está la bujía de un coche. Entonces no soy eso.
¿Soy Consultor?. Pues lo fui. Ahora no. O sí. No lo sé. Pues no soy eso.
¿Soy escritor o jardinero?. Pues claramente no. No me gano la vida con ello. Pero me encanta escribir, hacer folicroquis y cuidar el jardín. Pues no soy eso. O sí lo soy. No sé.
¿Soy de Madrid?. Nací allí. Pero mi ilusión es vivir en una pequeña casita en Mallorca cuando nos jubilemos y las niñas sean mayores.
[…]
Menudo lío. El tiempo pasaba y tenía que contestar. Copié a Chaplin. Dije: “soy lo que soy. Una persona única y diferente”.
Pensé que era una excelente respuesta. Por la siguiente pregunta, intuí que no lo fue. “Muy bien, ¿pero, quién es usted?”.
Y empecé a hablar de cursos, carreras, experiencias, notas, empresas, logros,… Y todos felices como perdices.
CONVERSACIONES LINKENIANAS
Conversaba hace unos meses con una persona sobre Linkedin. Me contaba que había perdido interés. Le pregunté los motivos. Me dijo varios muy interesantes, pero hubo uno que me llamó especialmente la atención.
Me dijo lo siguiente:
“…hace un año publiqué un artículo en Linkedin. Se hizo viral. Conseguí cientos de miles de visitas, de likes, de comentarios y de visualizaciones al perfil. Desde entonces no despego en mis publicaciones. Apenas consigo una decena de likes. Llegué a la “CIMA” de Linkedin y nunca más volveré a superarla. Cada vez que publico algo, comparo los resultados con aquella publicación… y me deprimo y pierdo interés…”.
Y mientras me decía esto, el mundo seguía girando:
Sólo hay algo claro en ésta vida: La vida es una sinosoidal
¿Cuántos likes tienes tú?